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Nico Williams y Lamine Yamal, cuando la esperanza de un país se origina en sus nuevos ciudadanos

A días de la final de la Eurocopa, un encuentro en el que España e Inglaterra se disputarán el primer lugar, seguramente hay pocas conversaciones en las que no se hable de ello -aunque sea por unos minutos-. 


El tema también ha llegado a nuestra mesa y, como hubiera sucedido con cualquier otro al que se le apunte con varias miradas, empezaron a surgir nuevas ideas y temas relevantes relacionados. 


Así surgió este blog sobre Nico Williams y Lamine Yamal, dos jóvenes promesas del fútbol, nacidos en Pamplona y Mataró, que no solo se han convertido en un estandarte del potencial de la selección de España, sino también en figuras que representan la diversidad cultural del país.


María Comfort y Félix Williams, padres de Nico Williams, son ghaneses. Llegaron a España hace treinta años tras un recorrido lleno de situaciones adversas en el que incluso tuvieron que cruzar el desierto del Sáhara, reconocido por su clima extremadamente árido. 


Por su parte, Lamine Yamal, que se ha convertido en el goleador más joven de la historia de la Eurocopa, tiene una madre (Sheila Ebana) de Guinea Ecuatorial y un padre (Mounir Nasraoui) marroquí. 


Lamine Yamal durante el encuentro España - Alemania en la Eurocopa 2024

Instagram Lamine Yamal


Mucho se habla de la ilusión y esperanza que representa un lugar de destino para las personas migrantes, pero poco se habla de las contribuciones de éstas en el mismo lugar.  Contribuciones económicas, talento, emprendimientos que generan empleo, innovación, diversidad cultural… y así la lista sigue.


Aunque también hay opiniones contrarias, Nico Williams y Lamine Yamal son ahora pilares fundamentales y fuentes de orgullo para la selección española. Pueden -se están convirtiendo-  en figuras que rompan barreras, despertando una visión más inclusiva y normalizada en España y en todo el mundo de la multiculturalidad.


Instagram Lamine Yamal


Instagram Nicolás Williams


Así pues este auge futbolero es también una oportunidad para reflexionar sobre los prejuicios y estereotipos que pueden ir más allá de la raza, atravesando temas como la clase.


Decenas de medios han resaltado la particular forma de celebrar los goles de Lamine Yamal. Con los dedos de sus manos hace el número 304, el código postal del lugar en el que se ha criado, un barrio humilde con un alto porcentaje de población migrante. De esta manera el jugador desafía las narrativas negativas que se han construido alrededor de comunidades y barrios que, a menudo, debido a los prejuicios existentes, son asociados con la delincuencia y la marginalidad. 


Finalmente, consideramos importante recordar que si bien la historia de estos jugadores visibiliza la diversidad y cómo un país se puede beneficiar de ella, la inclusión no debe ser sesgada o limitada para quienes sus aportaciones son claras porque se encuentran debajo de los reflectores.


En España y en todo el mundo hay miles de personas jóvenes con un potencial único. Ser una sociedad que abrace y celebre la diversidad nos permitirá atestiguar lo lejos que realmente están destinadas a llegar.


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