Impulsar el emprendimiento en zonas rurales de Guatemala y con poblaciones en condiciones de vulnerabilidad es un reto, pero también una oportunidad de desarrollo, crecimiento y generación de empleo e ingresos económicos como se está trabajando en Totonicapán.
De acuerdo con el contexto guatemalteco, en el que los jóvenes son población en condiciones de vulnerabilidad y día con día se enfrentan a grandes desafíos y falta de oportunidades que requieren de respuestas concretas y adaptadas a sus realidades, es importante resaltar también que, con base en el Censo 2018, las juventudes comprendidas entre los 13 y 30 años representan poco más de la tercera parte del conjunto de la población nacional (35.6%) y existe un segmento importante que carece de educación de calidad, de salud y de empleo que está en busca de mejores oportunidades animados por la pobreza y la violencia. Por todo esto, miles de estos jóvenes, especialmente de áreas rurales y pertenecientes a pueblos indígenas, han migrado no solo dentro de la región, sino de manera irregular hacia Estados Unidos.
Esta situación, más allá de verse como un problema, se debe ver como una oportunidad y un compromiso de desarrollo en la que todos los actores asuman roles activos que permitan mejorar los medios de vida de esta población, a través de acciones concretas en las que se potencialicen iniciativas y se abran espacios de participación y de escucha activa para la creación e implementación de planes, programas y proyectos que impulsen un verdadero desarrollo integral y se aproveche este bono demográfico en el país.
Como parte de estas iniciativas a impulsar, el Global Entrepreneurship Monitor Report señala que, entre los países latinoamericanos, en Guatemala es particularmente común que se perciba el emprendimiento como una buena oportunidad para generar ingresos, describiendo que los jóvenes “cuentan con el conocimiento, las habilidades y la experiencia necesarias para empezar un negocio, además de tener la menor proporción de temor al fracaso”, abriendo la posibilidad de focalizar los esfuerzos en esta línea para contribuir a la generación de algunos cambios en las condiciones de vida de la población en mención.
Partiendo de este contexto, SIC4Change viene trabajando con la Asociación CDRO, una organización local comunitaria ubicada en el departamento de Totonicapán, para la consolidación de un Centro de Empresarialidad Juvenil Rural (CENJUR), con el apoyo de Social Capital Foundation (SCF), que permita apoyar la creación y fortalecimiento de emprendimientos de jóvenes, de contextos rurales, para la generación de ingresos económicos que contribuyan a mejorar sus condiciones y formas de vida.
Como parte de este esfuerzo, creemos en la necesidad de diseñar y pilotar nuevas metodologías, que deben partir de las especificidades del contexto rural del occidente de Guatemala: el ecosistema, las dinámicas y las necesidades de formación y capacidades en este territorio son distintas de las que encontramos en otros escenarios, como por ejemplo en las zonas urbanas y menos periféricas. Para validar estas metodologías,, se realizó en las últimas semanas, un Desafío de Innovación Social denominado Mentes Inquietas cuyos objetivos fueron: 1) promover las iniciativas tradicionales entre la población meta con metodologías participativas que impulsan el autoaprendizaje, 2) generar la entrada de nuevos actores con ideas externas para promover nuevas iniciativas en el territorio que respondan a retos que los jóvenes mismos identifican en sus territorios; 3) incentivar el trabajo en equipo y de emprendimientos colectivos, promoviendo así la complementariedad de perfiles diversos; y, 4) apoyar la creación de nuevos modelos de negocio y despertar nuevas posibilidades de innovación que promuevan otras formas de generación de empleo local, a la vez que se definen iniciativas que puedan mejorar las condiciones sociales, resolviendo retos del territorio.
En este proceso de formación y co-creación, que tuvo una duración de cuatro días, participaron 15 jóvenes de comunidades rurales de tres municipios de Totonicapán y como resultado, además de jóvenes formados en una nueva metodología, fueron creadas y validadas cuatro ideas de negocios colectivas que se premiaron y se les dará seguimiento a través de una metodología híbrida (digital, a través de la plataforma Bridge For Billions; y, presencial, a través de tutorías facilitadas por expertos de la Asociación CDRO), lo que permite asegurar el fortalecimiento de los jóvenes y encaminar la concreción de las empresas formuladas.
Esta experiencia, liderada desde una organización local comunitaria, permite validar que promover acciones a favor del empoderamiento económico de los jóvenes a través de la formación para el emprendimiento es una de las soluciones a los problemas que enfrentan los jóvenes en Guatemala. Sin embargo, es necesario, para lograr mejores y mayores resultados, que se integren esfuerzos que garanticen acceso a capital semilla, acceso a mercados y programas de especialización para que el abordaje sea integral y sostenible en el tiempo y espacio.
Y mucho más allá, se necesita que este tipo de iniciativas para el impulso al emprendimiento sean parte de las estrategias de desarrollo económico local cuyo objetivo es canalizar los recursos para ejecutar proyectos que aumenten los ingresos económicos del territorio y mejoren la calidad de vida de los habitantes, a través de la generación de oportunidades de inversión y el aumento del empleo y el autoempleo, no sólo para tener una plataforma en la cual desenvolverse y crecer, sino para aumentar sus capacidades técnicas, administrativas y financieras, ser parte de una red y acceder de forma más fácil a los mercados objetivo y ser parte del desarrollo competitivo de sus comunidades.
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1)Consejo Nacional de la Juventud (CONJUVE) y Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Documento Analítico de Juventudes en Guatemala. Guatemala, 2020.
2)Guatemala: Reporte Nacional 2019/2020. Global Entrepreneurship Monitor (GEM).